11.4.05


Fotograma de "Muertes Indebidas"

ALGUNAS NOTAS DE PRENSA

Jueves 22 de marzo de 2007
Edición impresa Espectáculos Nota Cine / Comentarios
Cuando la imagen desata las historias

Beatriz MolinariDe nuestra Redacciónbmolinari@lavozdelinterior.com.ar
"Muertes indebidas". Calificación: Excelente.

Rubén Plataneo echa luz sobre los efectos el genocidio en Argentina, con su cámara y un modo sensible de reconstruir la memoria de tres familias de desaparecidos. Muertes indebidas plantea los temas ya conocidos con un tratamiento nuevo, diferente y conmovedor. El documental revela una profunda reflexión sobre cada dato, que luego se transforma en lenguaje visual, metáfora y discurso crítico. Sobre el fondo negro, los fotogramas van recortando planos: un rostro, partes de ese rostro, una pared, una grieta en la pared, un tapiz, recortes de diario. Plataneo pone un detalle que luego aparece en el relato de los testigos: Chari, Elena y Laura, con sus hijos. La anécdota forma parte de la historia de la dictadura argentina. El director va deslizando elementos que permiten armar el rompecabezas de la memoria esgrimida por los seres queridos como un derecho. La información se moviliza en torno a las palabras de Elena, una reconocida Madre de Plaza de Mayo, que, como ella dice, tuvo que dedicarse a esa trágica profesión cuando desapareció Carlitos. Un poema de esa madre es la estrategia de Plataneo para describir el dolor. La imagen se desliza sobre el fondo de los grabados de Goya y la música inquietante de Angela Tullida. Además, el material de archivo pierde el audio y los discursos se leen sobreimpresos en la pantalla. La línea narrativa va hacia los hijos de desaparecidos y en la posibilidad de encontrar alguna respuesta al pasado. Los testimonios funcionan con la fuerza de quienes han ido descubriendo dolorosamente las facetas cotidianas de sus padres, o, la grandeza del sobreviviente que ya no puede hablar. Plataneo opera sobre la memoria sin redundar en explicaciones ni bajar línea. En Muertes indebidas, lo humano está en carne viva y hay un objetivo no dicho por comunicar esa experiencia particular al cuerpo social dañado por la indiferencia, la desconfianza o la ignorancia. El documental que además privilegia algunos silencios, planos secuencia y juego de claroscuro aparece como un testimonio de la madurez de quien ha decidido tomar algo de la realidad y contar, apenas con una cámara, hasta donde da la mirada.


DECONSTRUCCION DEL DOLOR
"Muertes Indebidas", largometraje producido y dirigido por el rosarino Rubén Plataneo que se exhibió por única vez en el ciclo Cine en el Teatrino, merece una referencia especial aunque ya no esté en cartelera, aunque sea que para que quienes tengan la posibilidad de verlo, lo hagan.
En principio, porque es una película que se atreve a dar un paso más allá del límite establecido en los filmes, documentales y aún ficcionales que se han realizado en la Argentina sobre el tema de los desaparecidos por la dictadura militar: se tiende hacia la construcción de un relato de la continuidad, hacia lo que viene después de la locura.
Antes que dejarse atrapar por la descripción informativa y el maniqueísmo denunciatorio, se abisma frente al devenir con la intención de explicitar que la Historia, y las historias, no se han interrumpido, y que la dinámica de los sucesos impone seguirle la cadencia a esos espacios vacíos que primero se instalaron en las vidas particulares y luego se abismaron sobre el cuerpo social, como agujeros negros que perdurarán en el tiempo. Eso no significa asepsia, todo lo contrario. En su obstinación por encontrar un relato del después, el filme de Plataneo construye una dinámica del dolor que se desprende de las lamentaciones sin futuro y más bien se dejan recorrer por esa melancolía oscura que sienten, deben sentir, aquellos para los que la vida sigue pero cada tanto da barquinazos hacia el pasado.
"Muertes..." se estructura a través del relato de tres grupos familiares de otros tantos desaparecidos, pero lo hace desde la decisión de su director de romper el criterio de mera acumulación: hay una ruptura de la cadencia temporal y espacial y los entrevistados son vehículos no de una sustancia diferente porque no son sólo sus dolores los que interesan, sino una reflexión sobre lo que viene después de ellos, lo que los empuja hacia delante.
Otra mirada
Las lentas panorámicas de presentación se transforman poco a poco en atomizaciones de los rostros, fundidos a negro o encadenados hacia el plano detalle cada vez más microscópico, y voces que se entremezclan jugando con los planos sonoros, para construir una cadencia de intimidad quebrada, que la utilización de la pantalla segmentada refuerza impecablemente.
Esas gentes devastadas pero resistiendo, son como partes de un rompecabezas al que le faltan piezas, esos lugares negros que ocupan la pantalla e impiden tener la visión integral de las figuras en más de una ocasión: son testimonios interferidos por lo que ya no es, y nunca será; ensombrecidos por un pasado que no deja de hacerse presente.
Sin embargo, el trabajo de iluminación deja constancia de una disparidad; si los rostros de los directos damnificados por la masacre están escondidos en las sombras, los de las nuevas generaciones de sobrevivientes, los hijos de los desaparecidos, hay una luz diferente rodeándoles la sonrisa que reaparece.
Plataneo parece obsesionado por conseguir que la realidad sea observada desde distintos ángulos y en evitar el discurso plañidero: reconoce el dolor inenarrable allí donde aparece, pero también la verdad de a puño de aquel lugar común que asegura que "la vida continúa" aunque esté condenada a acabarse: unos buscan los cuerpos amados entre las tumbas y otros lo conducen a un entierro convencional.
Ni las disgresiones hacia el registro casi periodístico, que separan los tres grandes bloques del relato y dan cuenta brevemente de las peripecias que construyeron la barbarie –con algunas ironías trabajadas desde la banda sonora- pueden resquebrajar esa curiosa unidad que, paradójicamente, se levanta desde la deconstrucción pormenorizada de cada sujeto observado.
Plataneo instala en su filme un clima misterioso que envuelve esos micromundos, y desarma toda expectativa para los que vayan en busca de "información nueva": "Muertes ..." se construye sobre lo ya dicho pero observándolo con una actitud diferente, con una cámara que se desprende de la actitud fisgona y denunciatoria, y se propone crear una narratividad diferente del dolor.
Plataneo experimenta en el buen sentido, no como un ejercicio formal, sino con la intención de narrar los espacios vacíos, esos intersticios acaso imposibles de cerrar, y transformarlos en lugares donde vuelve a aparecer el sentido, aunque la vida de esas gentes, desarmadas por el pasado como por el relato, parezcan agujeros negros sin fin.
Ricardo Sánchez
Diario PUNTAL de la ciudad de Río Cuarto – Córdoba Lunes 1° de agosto de 2005 .pág.18

ROSARIOCINE.COM.AR / Muertes Indebidas
por Fernando Varea
"Pocos de los varios documentales que se han hecho en nuestro país sobre la temática de los desaparecidos por la dictadura militar, denotaron mayor interés por expresar que por informar. Entre las excepciones, pueden recordarse Tierra de Avellaneda (1996, D. Incalcaterra), Los rubios (2003, A. Carri), Raymundo (2004, Ardito-Molina), y Nietos (identidad y memoria) (2004, B.Avila). Muertes indebidas, largometraje producido y dirigido por el santafesino Rubén Plataneo, si bien ofrece testimonios de familiares de desaparecidos como aquéllos y otros documentales lo han hecho, va bastante más allá en cuanto a la forma elegida para exhibirlos...
Nota completa: http://www.rosariocine.com.ar/?sitio=in15
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Diario LA CAPITAL / Domingo 29 de enero de 2006
El genocidio argentino según un largometraje documental
Rubén Plataneo: "Hay que reescribir la historia"
"Muertes indebidas" retrata la represión desde una perspectiva inusual y con la convicción de tratar un problema de rigurosa actualidad
por Osvaldo Aguirre
Es difícil interrumpir a Rubén Plataneo cuando empieza a hablar sobre "Muertes indebidas", su largometraje documental. Y su apasionamiento y entusiasmo se explican por varias razones. Una de ellas es la soledad y la incertidumbre en que rodó gran parte de la película, hasta que formó un equipo y tras ganar dos concursos obtuvo el financiamiento que le permitió concluir el proyecto. Y otra el sostenido reconocimiento que ha recibido desde el estreno, (la primer versión de 2 hs.30 en octubre de 2004; y ahora la versión final de 97 min.): después de ser exhibida en el Festival Internacional de Cine Independiente de Buenos Aires y en encuentros de La Habana y San Francisco, en Estados Unidos, acaba de ser premiada como mejor película de derechos humanos y mejor fotografía en el Certamen Latinoamericano de Cine que se realizó en la ciudad de Santa Fe.
Nota completa:
(más notas y reportajes en sección: Viviendo entre fantasmas.)

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